Un escritor famoso alguna vez dijo que, si viviera en una isla desierta, de cualquier manera escribiría. Para él es un acto de humanidad. Porque era importante para él. Porque podía. Porque cuando uno escribe, se ordenan y aclaran las ideas. Esto no es un intento de convencer a nadie de nada. Son pensamientos aleatorios, algunos conectados que, con algo de suerte, tendrán retroalimentación del más amplio espectro de pensamientos.

La crítica, la plática, el intercambio. Afila las ideas, agiliza las respuestas y desafía nuestros conceptos. Esa es la recompensa.

Entender un poco más este mundo.